Lanka es la primera chocolatería bean to bar de Viña del Mar. Su nombre y su identidad cuentan la historia de un chocolate hecho desde el grano con respeto al origen y al oficio. El reto creativo fue dotar a una categoría poco conocida en la región de una personalidad cercana, elegante y auténtica, capaz de educar mientras abre el apetito.
Explicar qué significa “bean to bar” a un público acostumbrado al chocolate industrial. La marca debía transmitir artesanía y calidad sin renunciar a la calidez latinoamericana, creando confianza desde el empaque hasta la tienda física.
El logotipo serifado, unido por curvas suaves, se complementa con un isotipo que fusiona dos “L” en espejo: corazón, cacao y raíces en un solo gesto. La paleta crema, tostado y coral evoca tierra y grano, mientras los azules y verdes añaden frescura. Ilustraciones orgánicas completan un sistema flexible para packs, señalética y redes.
El universo gráfico convierte cada tableta en una invitación a descubrir el origen del cacao. La coherencia tipográfica y cromática facilita la comprensión del proceso bean to bar, diferencia a Lanka en los anaqueles artesanales y refuerza su propósito: transformar cada pedazo de chocolate en una experiencia que une y celebra.